CAPITULO II
Revolución Violenta y Revolución Pacífica
Dogma Marxista que
"Revolución Pacífica" es infiltración.
De Estados Unidos También Sacaron Provecho.
DOGMA MARXISTA QUE
De acuerdo con el dogma fundamental del marxismo (tesis, antítesis y síntesis), el capitalismo se basa en la propiedad privada, explota a los obreros, crece al concentrar capitales, degenera en crisis económica de superproducción y aumenta así el número y la miseria de los proletarios. Y todo esto, añade el marxismo, “ocasiona inevitablemente que el proletariado se lance a la revolución, expropie los bienes de los capitalistas, cese la explotación del hombre por el hombre, desaparezca la crisis económica, aumente la productividad en forma extraordinaria y la personalidad humana y la cultura puedan desarrollarse libremente". O sea una especie de Paraíso.
Pero resulta que Rusia no estaba ni siquiera medianamente industrializada, ni era una potencio capitalista, ni había llegado a la concentración de capitales, ni tenía crisis de superproducción. No hubo tal proceso de auge capitalista, crisis por aumento de producción y revolución proletaria, sino que mediante golpes de terror cayó en el comunismo. No ocurrieron las etapas sucesivas auguradas por Marx. El cambio de régimen fue obra de una conjura.
Los marxistas no-rusos se apoderaron de Rusia, porque vieron la oportunidad de aprovechar la ignorancia de las masas y los trastornos causados por la guerra, pero su propósito inicial era apoderarse de Alemania. Kissel Mordekay (conocido como Karl Marx) había dicho: "La inéluctabilidad histórica de este movimiento se limita, pues expresamente, a los países del Occidente europeo".
El "Manifiesto Comunista" de 1848, de Marx y Engels, decía: “A Alemania sobre todo es hacia donde se concentra la atención de los comunistas". La razón es que Alemania estaba fuertemente industrializada y el capitalismo había crecido allí considerablemente. Apoderarse de Alemania le daría al marxismo una gran influencia internacional, en armonía con el falso dogma marxista de que el capitalismo, al crecer, empobrece a las masas y determina que éstas reaccionen e impongan el comunismo. Así pretende este movimiento encubrir su esencia de conjura internacional, presentándose como acción reivindicadora nacida espontáneamente del pueblo.
A mediados del siglo pasado, en junio de 1849, los comunistas hicieron un esfuerzo supremo por apoderarse de Alemania. Provocaron agitación y sangrientos motines, pero fracasaron. El país tenía una sana opinión pública, que era un valladar contra los desorientadores, y tenía un ejército tradicional que derrotó a los subvertidores. Marx y Engels (nacidos en Alemania, aunque no alemanes). Continuaron conspirando y en 1864 Marx fundó
Todavía a principios del siglo XX llich Ulianov Blank (conocido como Nicolás Lenin), decía que prefería triunfar en Alemania que en Rusia y soñaba con formar (en una segunda etapa), un bloque de Alemania y Rusia para imponer el comunismo en todo el mundo.
Como en Rusia había menos defensas morales, Lenin vio la oportunidad de montar ahí su primera base de operaciones en 1917, y lo logró. Sin embargo, ya para el año siguiente los jefes rojos estaban haciendo desesperados intentos por comunizar a Alemania, aprovechando el fin desastroso de la guerra y la consiguiente desmoralización y desorientación del pueblo alemán.
En Munich también reaccionó el ejército y barrió con el gobiernito soviético de Eisner. Lo mismo ocurrió en Kiel.
La revolución violenta fracasó así en Alemania en 1919. Pero la revolución violenta no es la única carta del marxismo. Cuando no se puede ganar todo de un golpe se recurre al plan mínimo, más lento, de la revolución pacífica. Ambas van a la misma meta, aunque a diferente velocidad.
Cuando no se puede o cuando se considera inoportuno tomar una fortaleza en ataque frontal y abierto, se le flanquea. Se le cerca, se le engaña, se le debilita, a reserva de asaltarla y conquistarla más tarde. Esto es lo que hace la llamada revolución pacífica.
El principal ideólogo de la "revolución pacífica” fue Eduard Bernsiein, nacido en 1850 en Alemania, como Marx y Engels, aunque tampoco alemán.
“REVOLUCIÓN PACÍFICA” ES INFILTRACIÓN.
Fallido el esfuerzo prematuro de “revolución violenta” en Alemania,
Los rojos no olvidaban que habían fracasado en su revolución violenta al chocar con el ejército en Berlín, en Kiel y en Munich, y dedicaron muy especial atención a infiltrar las fuerzas armadas alemanas. Deberían empezar cuanto antes, en una lenta y difícil tarea, si es que querían cosechar los frutos veinte o treinta años después. Y empezaron desde luego. . .
Entretanto.
Un régimen así no puede aflojar los controles represivos porque entonces pierde el poder. En consecuencia, el comunismo se sostenía en el Kremlin, pero la producción se había desplomado en todo el país y una terrible crisis económica asfixiaba al pueblo. El número de muertos por hambre y desnutrición se calculaba en 1921 en cinco millones, sin contar los cientos de miles de rusos aniquilados en las "purgas" masivas para romper la oposición.
Ciertamente Lenin y los miles de marxistas no rusos que junto con él constituían el régimen soviético, tenían firmemente el poder en sus manos, pero
Para que
Karl Radek y Leonid B. Brassin, del grupo no-ruso instalado en la cúspide del régimen soviético, se trasladaron a Berlín. (Redek había sido el cabecilla de la fallida revolución violenta de Alemania, en 1919). Ambos agentes hicieron contacto con los generales alemanes Kurt Von Scheleicher (jefe del Departamento de Asuntos Políticos de las fuerzas armadas alemanas) y el general Von Seeckt, jefe del ejército. Esto se realizó con la anuencia del gobierno alemán, que se hallaba infiltrado de procomunistas.
Como Alemania no podía construir aviones ni tanques ni desarrollar nuevas armas, porque el tratado de Versalles se lo prohibía, los agentes soviéticos fueron a ofrecer bases en
Para los políticos y los industriales alemanes había otra oferta igualmente tentadora; Como Alemania había perdido sus colonias v parte de su territorio y como le habían impuesto pagar una indemnización de 269,000 millones de marcos oro y un recargo del l2% sobre sus exportaciones, su situación económica era muy crítica. Había cesantía. En esas circunstancias
Para encubrir esas maniobras Lenin anunciaba la "Nueva Política Económica” de "trato suave" para el capitalismo.
La infiltración Mental penetró en los cerebros alemanes bajo diversos “slogans” o estribillos: “
Y esa infiltración fue la base para que el 16 de abril de 1922 se firmara el Tratado de Rapallo, que se llamó "amistad v comercio”; Por
A las fabricas alemanes Junker, de aviones, se les brindó "la oportunidad" de instalar una sucursal en Fili, en los suburbios de Moscú. Hugo Junkers llevó ingenieros, peritos, máquinas y planos y montó la primera fábrica de aviones de
Cerca de Voronesch, peritos alemanes organizaron la escuela “Lipenke" para pilotos y mecánicos. Allí se entrenó una escuadrilla rusa bajo instructores germanos.
Otros peritos alemanes organizaron una academia de tanques en Kazan, sobre el río Volga.
Entretanto, ingenieros y peritos alemanes llegaban a Leningrado y Nikolaiev a montar astilleros para la construcción de barcos de guerra y submarinos.
Las fábricas rusas de explosivos en Tula y Zlatoust fueron reorganizadas y modernizadas por expertos alemanes.
Todo parecía indicar que el Ejército Alemán estaba burlando las asfixiantes limitaciones que le imponía el Tratado de Versalles y que las fuerzas armadas alemanas se vigorizarían en sus nacientes bases sobre suelo soviético.
Simultáneamente, Moscú había "concedido" 68 concesiones a empresas alemanas para que montaran plantas en
Las fábricas Krupp enviaron gran cantidad de maquinas agrícolas para explotar los campos rusos al norte del Cáucaso.
La constructora de máquinas y vagones “Linke-Hofmann” llevó capital y técnicos a
A Junkers se le habían "garantizado" treinta años para su fábrica de aviones cerca de Moscú, pero a los tres años perdió todo lo que había invertido. Algo semejante fue ocurriéndoles a los demás industriales e inversionistas.
En cuanto al Ejército Alemán, creó peritos rusos de tanques en Kazan, pilotos en Voronesch, constructores de barcos en Leninqrado v Nicolaiev, así como numerosos oficiales de Estado Mayor, pero a cambio de todo eso no obtuvo nada.
Parte de la trampa había cumplido su misión y quedado ya sin efecto. Peno otra fase del Tratado de Rapallo sequía funcionando en Berlín bajo la "Sociedad Germanorrusa Para
Esta representación negociaba con diversas casas alemanas la compra de mercancías o de servicios y parecía que en eso no podía haber nada reprochable y que sólo un fanatismo ideológico, sin base, podía oponerse a un trato exclusivamente comercial, que beneficiaba a ambos contratantes.
La representación soviética ocupaba un edificio en la calle Lindenstrasse, de la capital alemana, que podía ser perfectamente observado por la policía. Sólo que a este edificio se le abrió un acceso secreto hacia una joyería ubicada en otra calle. Y por la joyería salían o entraban agentes de una red de espionaje industrial y técnico que espiaba saqueando secretos a numerosas fábricas alemanas.
Individuos nacidos en Alemania, aunque no alemanes, y otros que sí lo eran, pero que habían sido captados por el comunismo militaban en dicha red. Wilhulm Zeisser, Pieck, Ernst F. Wollweber, Erwin Krame, Erich Mielke, Arthur llmer y otros muchos iniciaron ahí su carrera de infiltrados o traidores, y veinte años después habrían de ocupar altos puestos en el régimen de la media Alemania dominada por el comunismo.
Walther Tygor, Richard Quast, Herman Dünow y algunos más, manejaban la falsificación de pasaportes y sellos para los agentes que necesitaban entrar a Alemania o salir de ella.
El químico Mayer ganó para la "Representación Comercial Soviética” secretos de las plantas alemanas Solvay, de productos químicos.
Fiodor Volodichev se robaba piezas de micrófonos y teletipos perfeccionados de
El inqeniero Wilhelm Richter se llevaba a Moscú documentos secretos de la fábrica de cemento Polysius.
Seiffert robaba tipos modernos de teléfonos de campaña.
Eduard Ludwig espiaba en las fábricas alemanas de aviones Junkers y Dornier; Theodor Pech extraía secretos sobre la producción de vidrio a prueba de balas, en Aquisgrán, etc., etc.
El Tratado de Rapallo fue un magnífico negocio para la. URSS, pues gracias a él logró rehacer sus cuadros de instructores militares, crear nuevas fábricas y recuperar muchos años que llevaba de atraso en el campo de la técnica.
En cambio, para Alemania fue una trampa; una pérdida de capital, de enseñanzas y de tiempo. Pero además, y esto resultó a la larga mucho más grave, al amparo del Tratado de Rapallo y utilizando los contactos directos que este implicaba, se introdujo en el Ejército Alemán una célula de Infiltración que al correr el tiempo desempeñaría un papel de extraordinaria importancia. Era muy pequeño el número de sus integrantes, pero su ubicación les confería una virulencia letal. El Tratado de Rapallo, con sus consecuencias, que se prolongaron durante más de 20 años, fue posible sólo por
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