jueves, 18 de septiembre de 2008

Infiltración Extracto.

POR SI SOLO EL MARXISMO NO PUEDE SUBSISTIR

Sin el equipo que por valor de diez mil millones de dólares Rossevelt le obsequió a Moscú a partir de 1941; sin la apertura de tres frentes por parte de Occidente, y sin el alud de secretos que el Movimiento de Infiltración le suministraba desde Berlín, la URSS hubiera sucumbido rápida­mente ante el ataque alemán.

El bloque marxista domina ahora algo más de la mitad de la población mundial, pero no podría seguir haciéndolo sin la ayuda que recibe de Occi­dente.

Donde el marxismo domina, la producción se desploma, la iniciativa se atrofia, el alma se asfixia, de manera que en sí mismo lleva el germen de su destrucción. Sin la traición que desde Occidente lo auxilia, el comunismo ha­bría perecido ya.

Los departamentos de Agricultura y de Comercio de los Estados Unidos han vendido trigo a la URSS a razón de 62 centavos de dólar más barato, por bushel, que el precio que pagan los consumidores norteamericanos. De esa­ manera resulta que el contribuyente de EE.UU. subsidia el régimen de Moscú.

Donde quiera que el comunismo ha logrado apoderarse de un nuevo país, lo mismo en Vietnam que en Argelia o en Angola*ha necesitado urgen­temente de la ayuda del Departamento de Estado americano. Ayuda en ar­mas, en maquinaria, en víveres o en dólares.

Todo eso ha sido facilitado por el Movimiento de Infiltración. El 7 de oc­tubre de 1966 el Presidente Lindan Baynes Johnson anuló la prohibición que existía para exportar 400 diversas mercancías hacia los países comunistas. A la vez, autorizó al Export-lmport Bank para que garantizara créditos en favor de los regímenes marxistas.

Utilizando esa franquicia, el Export-lmport Bank emitió bonos para fiar mercancías a las dictaduras rojas. Los primeros bonos de 500 millones de dólares fueron rápidamente comprados por bancos y compañías israelitas, pues pagaban un medio por ciento más de interés que los demás bonos america­nos.

Ahora bien, como la URSS nunca ha pagado sus deudas, se tiene la se­guridad de que tampoco pagará las mercancías americanas que ahora se le están enviando a crédito. Pero los compradores de los bonos no perderán ni un centavo, pues el Departamento del Tesoro de Estados Unidos figura como aval de dichos bonos. Cuando éstos se venzan y no sean pagados por los re­gímenes comunistas, pagará el Gobierno americano, o más bien dicho, el contribuyente americano.

La International Basic Economy Corporation, de los Rockefeller, y la Tower International Inc., de Cyrus S. Eaton Jr., de Cleveland, han venido pug­nando por que se aumenten los créditos al bloque comunista. Esos y otros supermagnates son de origen hebreo.

Ya se sabe que el marxismo es enemigo mortal del capitalismo, pues uno de sus postulados es la supresión de la propiedad privada, así se trate de un capital en efectivo, de un pedazo de tierra o de una empresa. Pero el mar­xismo no es enemigo del supercapitalismo, ni viceversa.

El marxismo como doctrina y como régimen gubernamental de la URSS, es de origen hebreo, lo mismo que el supercapitalismo de los grandes trusts, de tipo especulativo inmoral. Es decir, son hermanos gemelos. Donde el mar­xismo se implanta desaparece el capitalismo, pero no el supercapitalismo, el cual queda como dueño absoluto de todo, dentro del nuevo Estado. Dueño de los medios de producción, del poder político y de la fuerza de trabajo. (1)

Hasta 1970 los países occidentales (particularmente los EE. UU.) habían concedido a los regímenes comunistas numerosos créditos por un total de I,700 millones de dólares. Para 1975 esa suma ya se había elevado a II,000 millones de dólares esto principalmente a costa del contribuyente americano.

Todo esto ha sido posible porque dentro de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros países opera un poderoso Movimiento de Infiltración. En Norteamérica se vale frecuentemente del Departamento de Estado, del Conse­jo de Relaciones Exteriores, del Instituto de Relaciones Pacíficas y de una im­portante red de grandes diarios y cadenas de televisión.

Trescientos organismos hebreos cubren diversas esferas de la vida políti­ca, económica y cultural de Estados Unidos. La United Jewish Appeal tiene recursos económicos; la Anti Defamation Leage orienta medios masivos de publicidad; la «Presidents Conference» tiene muy grande influencia política étc, etc.

(1).-Amplia información en «América Peligra» de S. Borrego F

Sólo para citar algunos nombres, Abraham Ribicoff, Richard Stone y Ja­cob Javits (senadores) abogan constantemente por las dictaduras marxistas. David Samoff, jefe de la red televisora de la N.B.C.; Willian Paley, de b C.B.S; Leonard Goldenson, de la red A.B.C.; Dorothy Schiff, dueña del «New York Post»; James Wechsler, del «New York Times», y veintenas más de jefes o dueños de grandes medios de difusión, defienden siempre las cau­sas marxistas. Todos ellos son israelitas.

Por eso fue posible que el Presidente Dwigth David Eisenhower derroca­ra al Presidente Batista de Cuba y ordenara que el poder total se le entregara a Fidel Castro Ruz, en contra del consejo del embajador americano en La Ha­bana, Earl T. Smith.

Los grandes medios de difusión facilitan las actividades de los infiltra­dos, pues desorientan y dividen a la opinión pública. Así se hizo cuando el Presidente Kennedy (que se disponía a liberar a Cuba durante su reelección) fue asesinado por una conjura de marxistas.

Otra de las grandes hazañas de esa propaganda masiva fue la de ata­car furiosamente al vicepresidente Spiro Agnew hasta derrocarlo, como paso previo a fin de hacer lo mismo con el Presidente Nixon. Ellos hacían a veces concesiones, pero no estaban al servicio de la conspiración. En realidad se les dio un golpe de Estado (con el disfraz de combatir inmoralidades). A con­tinuación Sudvietnam, Laos y Angola fueron entregados a los comunistas.

DIABÓLICA OFENSIVA DENTRO DE LOS EEUU.

Dan Smoot, ex investigador del FBI. Dice: «Yo estoy convenci­do de que el Consejo de Relaciones Exteriores, ¡unto con un gran número de otras asociaciones exentas del pago de impuestos (Fundaciones Rockefeller,

Carnegie, Guggenheim, Ford, etc.) constituyen el Gobierno Invisible que fija las principales líneas políticas del gobierno federal; que ejerce continua in­fluencia sobre los funcionarios que ejecutan esas líneas políticas, y, a través de una hábil y masiva propaganda, influyen al Congreso y al público para que apoye esa política.


«Yo estoy convencido de que el objetivo de este Gobierno Invisible es convertir a América en un Estado socialista bajo un gobierno mundial socialis­ta». (The Invisible Government.- Por Dan Smoot»).

Por otra parte, el escritor americano Billy James Hargis, dice: «Hoy, la prensa americana, en su mayor parte, es vergonzante... Yo no digo que todos los periódicos liberales son comunistas. Pero yo digo que los periodis­tas liberales que presentan sus noticias de acuerdo con la política y los per­vertidos conceptos históricos del marxismo, le están haciendo el juego al comunismo.

«La mente humana está moldeada por lo que la gente oye y lee. La ma­yoría de la gente piensa como se les hace que piense... Es posible para la prensa convertir a un socialista en un héroe nacional, y presentar a un dedicado patriota como un agitador irresponsable y peligroso. Estoy convencido de que nuestra prensa liberal está determinado que nuestros ciudadanos abandonen los principios básicos de libertad que nos lega­ron los fundad9res de nuestra nación.

«Puede ser cambiado el significado de los hechos, para ventaja de la conspiración... Una persona no tiene que convertirse en miembro del Partido Comunista, ni aun en un conocido simpatizador, para tener su mente in­filtrada por venenosas ideas comunistas» (1).

'' A grandes rasgos lo anterior explico por qué los Estados Unidos han venido siendo minados. Vencedores en la segunda guerra mundial; poseedores de la mayor potencia económica y militar del mundo en 1945, desde entonces han venido perdiendo terreno.

Esa conjura ha logrado que en los últimos 30" años se fomenten las siguientes corrientes o tendencias:
1 .-Descristianización a través de la enseñanza primaria, media y superior.

2.-Apoyo económico y publicitario al «progresismo religiosos» para intro­ducir pugnas internas entre cristianos.

3.-Proliferación de pornografía en cine, teatro, revistas, etc.

4.-Difusión de anticonceptivos unida a una «liberalización» sexual para toda clase de relaciones, incluso tas homosexuales.

5.-«Liberalización» en favor de aborto, divorcio, etc.
6.-«Liberalización» de leyes en beneficio de todo lo qué fomente la disolu­ción social en universidades, minorías raciales, etc.

7.-Protección indirecta a traficantes de drogas.

8.-Descrédito sistemático de los valores tradicionales de Patria, familia y costumbres.

9.-Descrédito sistemático de cualquier movimiento nacionalista opuesto al comunismo.

10.-Propaganda en favor de organismos, personajes o regímenes políticos partidarios de la Revolución Mundial.

Ciertamente no es esa la única corriente que opera en Estados Unidos, pero sí es muy poderosa. La otra corriente (nacionalista, patriota y mo­ral) que se le opone, ha perdido terreno en los últimos treinta años.

La ONU es un organismo patrocinado por la Infiltración que mina a Esta­dos Unidos. El periodista americano- J. Johnston McCauley denunció el 15 de diciembre DE 1967 que la ONU tiene el siguiente plan mínimo de acción:

1.-Reemplazar nuestra República Constitucional con un Estado esclavo de
las Naciones Unidas.

2.-Reemplazar las verdaderas enseñanzas cristianas por la propaganda del «evangelio social» para destruir la cristiandad.

3.-Llevar a la bancarrota a nuestra nación y arruinar a nuestro pueblo des­truyendo nuestro sistema monetario.

4.-Crear conflictos militares como Corea, Vietnam, etc., y la guerra racial civil, para debilitarnos.

5.-Controlar totalmente los medios de comunicación masiva, como radio, prensa, televisión, para hipnotizar y convencer a toda la gente de que acepte la dominación de la ONU.

6. -Control oficial de todos los niveles, de todos los grandes negocios, las grandes cadenas, la educación y los profesionales. (Estatización total).

Durante el régimen de Ford la infiltración paralizó toda defensa para que Angola fuera entregada al comunismo, con ayuda de 15,000 milicianos de Fidel Castro Ruz; se dio impulso a la estatización socializante en Mexico y se le envió más ayuda económica y tecnología a la URSS.

Los principales colaboradores de Ford, tales como Kissinger, Bums, Weinberger, Gresspan, Siedman, Burmteim, Javits, Edward Leví, etc. (desde el Departamento de Estado hasta las finanzas, la Educación pública, el Congreso y la Suprema Corte) actuaron siempre con evidente simpatía por la Revolución Mundial, anticristiana, totalitaria y marxista.


Con Jimmy Carter la situación no varía. Carter fue adoctrinado, lanzado y apoyado por la Comisión Trilateral y el Consejo de Relaciones Exteriores, de Zbianiew

Los principales asesores de Carter (que lo tienen firmemente cercado) son Brzezinski, Mihon Katz, Richard Gardner, Lawrence Klein y otros hermanos de sangre, de logia y de ideología marxista.

La Infiltración procura penetrar primera en los países y en las instituciones más fuertes. Considera que lo demás va cayendo por añadidura.
Esta táctica no podía omitir o la Iglesia Católica. Puede decirse que el asaltoempezó desde que se quiso evitar que la Iglesia naciera, desde el juicio con­tra Cristo.

La Infiltración contra la Iglesia empezó a actuar desde que Judas besa­ba a Cristo, con fingida devoción, en el preciso instante en que lo entregaba al enemigo.
Desde entonces, son innumerables los casos de adversarios de la Iglesia que han actuado dentro de ella. Relatarlos requeriría cientos de páginas. Sólo como esporádicos antecedentes pueden citarse algunos. El caso de Arrio, infiltrado a fines del siglo III, quien mostraba ardiente devoción, pera iba deslizando ideas de monoteísmo-hebreo, según el cual Jesucristo era un hombre como todos.

También muy famoso es el caso del cardenal Pierleoni, quien en 1130 se convirtió en el Papa Anacleto II. Al principio no había nada que lo delatara, pero al paso de los meses sus actos iban despertando recelos. Luego se des­cubrió que era descendiente de un falso converso e instruido en secreto como enemigo de la Iglesia, a la que pretendía destruir por dentro. Fue declarado antipapa y derrocado.

A principios del siglo XVI el sacerdote católico Martín Lutero desencade­nó el terremoto de la Reforma contra su Iglesia, y es sabido que actuaba bajo la influencia del monje franciscano Nicolás de Lyra, adoctrinado a su vez por Salomón-Raschi. Colaboraron con Lutero Elias Levita, Jacobo Loans y Obadiah Sformo, según lo afirman los historiadores hebreos Abrahams y Rabi Newman. La misma fuerza anticristiana seguía activa después de 16 siglos de lucha.

El capellán Constantino Ronce de la Fuente, confesor de Carlos V (I de España), era falso converso, infiltrado, y al verse descubierto en 1560 se sui­cidó.
El Vaticano descubrió en 1592 una infiltración en la Compañía dé Jesús y el Papa Clemente VIII dictó medidas enérgicas para erradicarlas.

EÍ Beatífico Fray Bartolomé de Carranza/muy allegado al rey Felipe II, confesor de la reina María, fue descubierto como infiltrado.

Otros con mejor suerte fueron Fray Vicente de Rocamora, que al verse descubierto huyó a Amsterdam y quitándose la careta trabajó contra el catolicismo bajo su nombre de Isaac Rocamora; así como el secretario Antonio Pé­rez, que ya bajo proceso logró ser rescatado por sus cómplices y huyó de Es­paña. La inquisición no condenaba a quienes practicaban un credo diferente (musulmanes, israelitas, etc.) pero sí castigaba duramente a quienes fingiéndose católicos actuaban por dentro en contra de la Iglesia. Es decir, la Infil­tración era considerada un delito gravísimo.

Lo mismo ocurre en la guerra. Al prisionero enemigo uniformado se le dan garantías/alimentación, curación y techo. Pero el enemigo oculto, que no lleva nada que lo identifique en la lucha, que ataca a mansalva, se priva d sí mismo de teda protección y es acreedor a la muerte.

En fin, durante veinte siglos ha habido enemigos encubiertos que luchan contra la Iglesia Católica. En la época actual el Vaticano anunció el 3 de no­viembre de 1949 que en b URSS y en los países de detrás de la Cortina de Hierro se estaban formando falsos sacerdotes católicos; con estudios de latín, filosofía, teología, etc.

Monseñor Fulton Sheen, obispo auxiliar de Nueva York, agregó más tarde que ya había mil de esos «sacerdotes» infiltrados en Occidente con el disfraz de exiliados políticos o emigrantes. Hablaban bien dos o más idiomas.

Otro síntoma de que el milenario acoso volvía con redoblado brío y más sutiles tácticas, se conoció en 1959, al trascender el contenido de un documento secreto comunista, que se filtró por Pekín. «Si atacamos a la Iglesia frontalrnente -decía- y la golpeamos abiertamente estando todavía mal equi­pados y sin haber preparado apropiadamente a las masas, el único re­sultado será dar a la Iglesia una mayor influencia... Nosotros debemos establecer la lucha dialéctica dentro de la religión a través del trabajo de nuestros activistas.

Debemos reemplazar progresivamente los ele­mentos religiosos por los marxistas y gradualmente transformaremos la falsa conciencia de los católicos en una conciencia verdadera, de tal manera que ellos se prestarán a destruir por sí mismos y para ellos mis­mos las imágenes divinas que ellos mismos han creado». Además de esas dos graves revelaciones, ampliamente confirmadas con hechos, existe el antecedente de que durante la guerra mundial —cuando el marxismo se hallaba en peligro mortal—, la Infiltración oculta dentro de la Iglesia empezó a actuar en Alemania a través de un grupo «progresista».

Como la mayoría de los obispos europeos consideraba que la lucha contra el marxismo se hallaba dentro de la clasificación de,«guerra justa», la mencio­nada célula de progresistas elaboró una tesis en contrario, afirmando que le marxismo convergía hacia el cristianismo y que era inmoral combatirlo.

En términos generales puede decirse que desde hace mucho operaba un movimiento «progresista» en la Iglesia, en espera del momento más propicio para actuar masivamente, y que ese momento llegó al terminar la segunda guerra mundial.

SOSPECHOSA MEZCLA DE INFLUENCIAS EXTRAÑAS

Con sede oficial en 437 West, 47th St., Nueva York, ha venido funcionando el Concilio Americano Para el Establecimiento de la Democracia Bajo Dios. Este Concilio se vincula con el Comité Internacional Para el Establecimiento de la Democracia Bajo Dios, el cual a su vez se escuda en la Uni­versidad Internacional pro Deo, que en 1944 fundaron los cardenales Bea y Montini, con finalidades apostólicas.

Sin embargo, al correr de los años el Comité Internacional Para el Esta­blecimiento de la Democracia Bajo Dios fue derivado hacia la corriente «progresista» encabezada por el cardenal Agustín Bea, nacido en Alemania y con antepasados sefarditas expulsados de España, en aquel entonces bajo el apellido de Behaim.

Pues bien, el Concilio Americano Para el Establecimiento de la Demo­cracia Bajo Dios ha venido realizando vastas actividades de Infiltración, per­turbación y división bajo el nombre atractivo de «progresismo».

Uno de los presidentes de ese Concilio ha sido Jim Farley, a la vez presi­dente de la «Coca Cola» y antiguo miembro del grupo pro comunista de Franklin D. Roosevelt.
Otro de los presidentes del Concilio Americano Para la Promoción de la Democracia Bajo Dios ha sido el magnate Joseph M. Poskquer. Ha figurado como vicepresidente Robert S. Benjamín y como altos ejecutivos y patrocina­dores Esteban Cummings, David Danzig, Ralph Friedman, Phillip Haberman, Frank L. White, Jack Berkman, Nandor Goldstein, Olí ver Kaufmann, Rogel Blugh, Peter Grade y otros magnates de origen hebreo cuya devoción por el «progresismo» resulta un tanto extraña.

¿Se trata acaso de benefactores del catolicismo? «Por sus frutos los co­noceréis»...

El Concilio Americano Para la Promoción de la Democracia Bajo Dios reúne tal cantidad de recursos económicos, con tanta influencia política inter­nacional, que se ha convertido prácticamente en el núcleo del Comité Interna­cional Para el Establecimiento de la Democracia Bajo Dios, y esto alentando en todo el mundo la difusión de un «modernismo» cada vez más cercano a las corrientes marxistas y cada vez más alejado de las fuentes tradicionales del catolicismo.

Paralelamente con el Comité Internacional Para el Establecimiento de la Democracia Bajo Dios, y con e Concilio Americano radicado en Nueva York, operan el Secretario Norteamericano dé Relaciones Entre Católicos y Judíos, así como otros muchos organismos de influencia política, propagandística y económica.
O sea que la poderosa influencia del Supercapitalismo está trabajando por dividir a la Iglesia. Y ya es sabido que el Supercapitalismo no es enemigo del marxismo, ni viceversa. Ambos son hermanos gemelos.

Fluyen recursos para fundar centros de formación intelectual, universida­des, agrupaciones de hombres de negocios, de padres de familia, editoras de revistas y libros, etc., todas con mayor o menor matiz «progresista».

Una de las más poderosas ramas de esa tendencia, en el campo políti­co; es la «Democracia-Cristiana», que puede tener masas de gente de buena fe, pero que son conducidas por altos mandos internacionales adictos al ene­migo de la cristiandad.

Hasta la, Oficina Católica Internacional del Cine se halla en manos de numerosos infiltrados, y por eso impone silencio acerca de la pornografía o incluso la elogia sutilmente.

El 26 de marzo de 1951 Pío XII dijo.- «Carentes de principios doctrinales precisos y seguros, el mundo intelectual, sobre todo desde el fin del si­glo XVIII, estaba mal preparado para descubrir las infiltraciones peli­grosas, para reaccionar contra su penetración insensiblemente progre­siva». Esa situación ha venido empeorando.

TACTICAS Y METAS DEL “PROGRESISMO”

La Infiltración en el campo religioso --que se ha bautizado a sí misma como «progresismo»-- dispone de un poderoso patrocinio internacional económico y político. Pero a la vez tiene un valiosísimo caudal de ideas novedosas y sutiles para atraer adeptos y provocar confusión y enfrentamientos. San Cipriano decía que «existe un mal peor y más mortífero que la perse­cución: es el envenenamiento pérfido de Ia mentalidad».
En sus altas esferas el «progresismo» pone de un lado el ideal cristiano y luego lo compara con la realidad que viven los países no comunizados. De este cotejo extrae la conclusión de que en tales países todo es abominable y que se justifica el «cambio» total de sus estructuras.

A la vez, pone de un fado el ideal cristiano y luego lo compara con la teoría-propaganda del socialismo (marxismo), no con la REALIDAD que esta teoría crea. Y de esa manera extrae la conclusión de que cristianismo y socialismo son convergentes.

¡Toda una filigrana de presdigitación dialéctica!...

Instauradas esas bases capciosas, se promueve el «cambio de estructu­ras» en los países no comunizados, coincidiendo así con la fraseología y la intención de los movimientos comunistas.- A la vez, se silencia toda crítica a los países ya comunizados, a las matanzas que hay en ellos, a la supresión dé sus libertades, al ateísmo forzoso que practican, etc., etc., como si en esos países ya se hubiera hecho realidad el ideal cristiano.

En otras palabras, al comunismo se le alude con la palabra suave de «socialismo» —como si fueran cosas esencialmente diferentes—, y al socialis­mo se le juzga NO POR SU ESENCIA (que Pío XII definió «intrínsecamente perversa»); NO POR LO QUE HA REALIZADO en veintenas de países, sino por lo que su propaganda dice ser, o sea la redención de los pobres.

Y en ese punto, en ese vértice de «redención», el «progresismo» hace converger a Cristo y a Marx. Y una vez sentada esa convergencia inexistente, no se entra en ninguna discusión, en ninguna consideración sobre la mayor desventura (física y espiritual) que los pobres sufren bajo la comunización.

Por otra parte, el «progresismo» (Infiltración), traza sutilmente los si­guientes caminos:

1. -Cambios constantes que frecuentemente crean contradicciones y enfrentamientos fratricidas en el propio campo católico.
2.-Substitución gradual de lo metafísica, lo místico y lo sobrenatural con un humanismo socio-económico.
3. -Desacreditar sutilmente lo tradicional y enfrentarlo con lo nuevo.
4.-Acreditar gradualmente la subversión como anhelo de justicia, no como obra de la Revolución Mundial, esencialmente anticristiana.
5.-Substraer de las mentes la idea de que el comunismo es un peligro. Se em­pieza por decir que tiene «cosas buenas».
6.-Paralización de la defensa del catolicismo. Incluso de la defensa de las mentes infantiles y juveniles ante la ofensiva del ateísmo.
7. -Paralización de la defensa déjense de la moral, lo cuál impone silencio (omisión) ante pornografía y toda clase de prácticas de disolución.
8.-Por último, convertir a la grey católica en un instrumento para diluir y des­truir al catolicismo, o sea una de las metas más preciadas de la Revolución Mundial, ateísta y satánica.

AVANCE ACELERADO DEL “PROGRESISMO”

Al publicarse la primera edición de este libro en 1968, hace ocho años, fue posible consignar los brotes «progresistas» que estaban llamando la aten­ción en diversos países de Iberoamérica y de Europa.
Se mencionaba él caso de monseñor Helder Cámara, arzobispo de Racife, en Brasil; del sacerdote guerrillero Camilo Torres, en Colombia; del gru­po del padre José Benesch en Angentina,- del obispo auxiliar de Lima, Mario Renato; del teólogo Karl Rahner, en Alemania; de Yves Congar, en Francia; del teólogo José María González Ruíz en España; del cardenal Suenens, de Bélgica; de Méndez Anceo en Cuerna vaca, etc., etc.

Ahora han proliferado tanto, en todos los países católicos, en todos los niveles, que ya no es posible mencionar ni siquiera a los más activos, pues son muchísimos.
Cabe especificar que esa legión se integra del siguiente modo:

a) Los infiltrados natos, enemigos conscientes de la Iglesia, que permanecen en ella porque saben que desde dentro causan más mal que desde fuera. Los hay cripto-judíos y masones.
b) Otros que han sido influidos, desorientados por la infiltración mental. Causan daño sin estar cabalmente conscientes.
c) Algunos más que temen perder sus posiciones o exponerse a repri­mendas.

En estas circunstancias la Infiltración avanza casi sin encontrar re­sistencia.
En todo caso el camino del silencio es más fácil. La debilidad huma­na puede encontrarle justificaciones variadas.

En cambio, ¡es tan arduo el camino del martirio!...

El cardenal Mindszenty, Primado de Hungría, protestó cara a cara ante el enemigo por el asesinato del obispo de Gyor y por el encarcela­miento de varios sacerdotes. También habló claramente, ante el enemigo, de que «reconstruir la vida interior» de

Hungría no debería hacerse a un lado por la reconstrucción física.
Mindszenty fue amenazado, pero no cedió. Protestó reiteradas veces porque estaban siendo minadas las bases de la familia y del matrimonio. Y se empeñó, asimismo, en una lucha contra los textos forzosos ateístas que se implantaron en las escuelas de Hungría.

Todo eso lo condujo a la cárcel en 1948. Se negó a retractarse y fuegolpeado y martirizado. Se le sometió a drogas desquiciantes, torturadorasla mente y se le condenó a prisión perpetua
Ocho años más tarde fue liberado por un levantamiento de patriotas y
católicos, pero eso duró unos cuantos días y tuvo que refugiarse en la emba­jada de Estados Unidos en Budapest. Allí tenía el consuelo de vivir —aunque aislado— junto a su pueblo cautivo. Era un símbolo de la cristiandad húngara y en general de todo el mundo cristiano amagado por el mismo verdugo que perseguía a Mindszenty.
Sin embargo, no le fue permitido permanecer en ese refugio. En 1971 tuvo que marchar al exilio, en Viena, con la obligación de guardar silencio para siempre. Ya no podría defender a su pueblo. «Aceptaré -dijo— lo que constituirá la Cruz más pesada en mi vida»...

Con esa cruz a cuestas moriría años más tarde.

Entre tanto, su sucesor en Budapest, el Primado Laszlo Lekai, declaraba en la cautiva Hungría: «Mi misión es pisar el terreno de la realidad con el fin de impulsar el proceso de desarrollo, en vez de revetirlo... La Iglesia húngara ha encontrado su nuevo lugar dentro de la sociedad socialista»

Desde luego que la reciedumbre de Mindszenty, como el sacrificio de los mártires del cristianismo, son un ejemplo grandioso.
¡Pero qué pocos espíritus pueden seguir los grandiosos ejemplos!...

LUCHA INELUDIBLE

Sin embargo, a pesar de todas nuestras debilidades y omisiones actua­les, vendrá más adelante una lucha grandiosa, de sacrificios heroicos.

Por ahora las fuerzas de las tinieblas están en plena actividad.
Estos son tiempos de Infiltración victoriosa y de temor y claudicaciones ante ella. Son el inicio del reinado de la Revolución Mundial.

Es un asalto arrollador, al que nada ni nadie escaparán, como jamás se había visto. Un asalto montado con toda la astucia de los hijos de las tinie­blas, «más astutos que los hijos de la luz».
La lucha es ineludible. Por encima de las fuerzas materiales en pugna hay fuerzas metafísicas también en lucha. Fuerzas superiores a las humanas, a las cuales éstas no podrán sustraerse.

Es una lucha que ya está resuelta victoriosamente para un tiempo que no es el nuestro. Pero nosotros, hijos de este tiempo actual, tenemos forzosamen­te que hacer la parte que nos corresponde y enfrentarnos al adversario, por grande e invencible que parezca.

Después de que ese enemigo logre una sucesión de triunfos, su derrota será segura. Está predicha.

sábado, 13 de septiembre de 2008

INFILTRACIÓN MUNDIAL

CAPITULO I

Nueva Arma del Siglo XX
Rusia Irrumpe con Violencia en el Siglo XX.
Lo que Tuvo de Rusa la Revolución Rusa.
Irresistible Engranaje de una Arma Perfeccionada.
Incursiones Fuera de la URSS.
Infiltración de las Mentes.
La Improvisación del Caballo de Troya.

RUSIA IRRUMPE CON VIOLENCIA EN EL SIGLO XX

Según los más antiguos testimonios históricos, en el siglo VIII de nuestra Era los eslavos todavía no formaban propiamente una nación. Eran desunidos, analfabetos, carecían de organización política y vivían primitivamente.

En el año 862 un grupo de eslavos acudió al pueblo sueco de los varegos a pedirles que les enviaran un príncipe que los dirigiera y organizara. De esa manera los varegos fueron a poner los cimientos de un nuevo país.

Los varegos eran llamados "ruotsi" (que quería decir "remeros") y en lengua eslava el término se convertía en "rus", de donde se de­rivó después el nombre de "Rusia". Así, por principio de cuentas, los varegos dieron su nombre al nuevo país y poco después le dieron una capital, Kiev.

Las tribus eslavas fueron unificadas y estructuradas en una nacio­nalidad.

En el siglo décimo el príncipe Vladimiro se hizo bautizar (990), lue­go se casó con la princesa bizantina Ana y decretó que él cristianis­mo sería la religión oficial del país. Arquitectos griegos fueron lle­vados a Kiev a construir la primera iglesia, que después fue más o me­nos copiada en otras muchas ciudades del reino.

Por ese mismo tiempo empezó la alfabetización utilizando los signos cirílicos (derivados del alfabeto griego) atribuidos a San Cirilo de Tesalónica.

El progreso era lento en las inmensas tierras rusas y un cataclismo llegó a interrumpirlo cuando las huestes mongólicas de Gengis Khan invadieron a Rusia al grito ominoso de "Kju-kju"... Los rusos fueron diezmados, sitiados, derrotados, hasta que se rindieron. "A los prín­cipes rusos prisioneros les pusieron encima unas tablas y más de trescientos mogoles se sentaron sobre los tablones a celebrar la victoria con un festín. Luego se desternillaban, de risa cuando oían, de debajo de los tablones, los gemidos y las maldiciones de los príncipes, cuyas voces se acallaban paulatinamente, siendo reemplazadas por la atronadora canción triunfal de los guerre­ros mogoles".(l)

Después del dominio de Gengis Khan, una vez muerto éste, lle­gó una nueva invasión igualmente terrible, la de Batu Khan, nieto de Gengis.

De esa manera, dice el historiador Werner Keller, "el Estado orien­tal pasó a ser dominio de los mogoles y durante largo tiempo desa­parece del campo visual y de la conciencia dé Europa".

Al declinar más tarde la influencia mogólica, Rusia recobró su libertad y bajo Iván III volvió nuevamente los ojos a Occidente, en busca de progreso. Constructores y artistas italianos como Fipraventi, Solari, Novi, Frasiano y otros fueron llevados a Moscú, ciudad que entonces era sólo un conglomerado de chozas, y ahí construye­ron los palacios e iglesias del Kremlin. La obra resulto tan grandiosa, en medio de aquella ciudad miserable, que se hizo famosa la frase de que "sobre Moscú no hay más que el Kremlin y sobre el Kremlin nada más que el cielo".

Iván IV, el Terrible, también llevó constructores y peritos de la Europa occidental, y la imprenta llegó a Rusia en 1564 (25 años des­pués que en México).

Más tarde técnicos holandeses construyeron el puerto ruso de Ar­cángel; el holandés Barents levantó la primera cartografía de una parte del Ártico; el danés Bering exploró la Siberia polar y. llegó has­ta el estrecho que lleva su nombre; oficiales extranjeros fueron a or­ganizar, el ejército ruso; el comerciante holandés Winius exploró los yacimientos de hierro y puso las bases de la siderurgia rusa; el sueco Covín le dio a Moscú su primera fábrica de vidrio; el inglés Bulmer hilo exploraciones mineras. Aunque lentamente,' Rusia iba siendo lle­vada a remolque tras la civilización occidental.
Pedro I subió al Kremlin (1689) después de haberse instruido en el barrio alemán de Moscú. Viajó por Europa occidental, contrató a novecientos técnicos y se entrevistó en Torgau con él sabio alemán Leibniz, quien le propuso un plan para hacer de Rusia un país moder­no y culto. Pedro I aprobó el plan, nombró a Leibniz consejero de la Corte Imperial Rusa y le encargó también la organización de la Aca­demia de Ciencias, que el propio Leibniz le había sugerido fundar.
(1) Gengis Khan. Ian


Peritos extranjeros en todas las ramas del saber ayudaron a los ru­sos. En la batalla naval dé Rusia contra Turquía (1770) los barcos ru­sos estaban prácticamente al mando de los capitanes ingleses Elphins-tome, Dugdale y Greig.

En el mismo siglo XVIII ingenieros italianos y holandeses, al mando de Trezini, hicieron cálculos y planos para erigir en terreno pantano­so la ciudad de San Petersburgo (ahora Leningrado); el alemán, von Munich dirigió la construcción del canal del Lago Ladoga y del puer­to militar de Krondstadt.

Por otra parte, ganaderos suizos llevaron a Rusia la técnica de cría de ganado y de preparación de quesos, y el alemán Ludwig Schloezer trazó el plan escolar para mejorar, la alfabetización rusa.

Arquitectos italianos y alemanes construyeron los palacios dé Cri­mea; el francés Ríchelieu fundó el puerto de Odesa y el arquitecto Thomon, también francés, hizo los planos de la ciudad.

A principios del siglo XIX Rusia sufrió la invasión napoleónica, pe­ro como también Prusia tenía resentimientos contra Napoleón, más de trescientos oficiales alemanes asesoraron a los rusos. El general Karl Ludwig von Phull, ex miembro del Estado Mayor de Federico él Grande de Prusia, llevaba ya seis años de trabajar en Rusia, y él fue el autor del plan a seguir frente a las tropas de Napoleón. Acon­sejó no ofrecer resistencia inicialmente, ceder espacios libres y llevar a Napoleón muy lejos de sus bases para luego atacarlo por el flanco y las espaldas, cuando sus líneas de comunicación fueran débiles.

El famoso estratega alemán Karl von Klausewitz se unió al generaf von Phull y a los rusos, ¡unto con el teniente coronel Von Tettborn, instructor de cosacos; el general francés Langéron, el general Von Ennigsen; el general escocés Barklay de Tolly, comandante del ejér­cito del oeste, y otros muchos tácticos alemanes.

Durante el avance de Napoleón hubo alarma y celo de un grupo de militares rusos y entonces el mando se le encomendó al general ruso Kutusov, pero tras breve resistencia en Borodino se volvió a aplicar el plan del general alemán Phull, hasta que Napoleón quedó exhausto en Moscú y sobrevino su catastrófica retirada.

Por eso el zar Alejandro I le escribía (13 de diciembre de I813) al general Phull: "Siento la necesidad de enviarle estas líneas cum­pliendo así un deber dé gratitud. Si actualmente poseo algu­nos conocimientos en el arte de la conducción de la guerra, en primer lugar se los debo sólo a usted, que me inició en sus fundamentos. Pero más le debo aún a usted: usted fue quien ideó el plan de campaña gracias al cual, con la ayuda de la Providencia, Rusia y, en definitiva Europa, se salvaron".

Durante el siglo XIX Rusia siguió llevando peritos y artistas de Occidente. Escultores italianos fueron los autores de las principales es­culturas de Moscú y San Petersburgo. El alemán Antón von Gerstner comenzó los trabajos del primer ferrocarril ruso en San Petersburgo (1835) y poco después el norteamericano George Washington Whistler dirigió la construcción de la primera línea extensa rusa, de San Petersburgo a Moscú.

Los ricos campos petroleros rusos del Cáucaso fueron más tarde descubiertos y empezaron a ser explotados por industriales suecos. (l)

Durante más de un milenio Rusia caminó tan retrasada, en la mar­cha de la civilización y la cultura de Europa occidental, que era fa­mosa la frase de Gottfried respecto a los rusos: "Ocupan más lugar en el mapa que en la historia".

Eso resultaba tan evidente que los mismos rusos lo lamentaban. Konstantin N. Leontiev escribió: "Nunca podemos presentar nada ori­ginal que pueda servir de modelo convincente".

Y Peter J. Chiadaiev. Decía: "Ni una sola idea útil ha nacido en nuestro suelo estéril, ni una sola verdad ha brotado en nuestro medio. No hemos ideado nada".

La excepción ocurrió en la literatura, con Tolstoy, Dostoyevski, Gogol, Pusrikih y Artzebachev.

En medio de su gran atraso técnico y cultural, a principios del siglo XX Rusia irrumpió sangrientamente en el primer plano de la historia contemporánea y atrajo la atención mundial al consumar, con terribles matanzas, lo que se ha dado en llamar la Revolución Rusa. El primer Estado comunista quedó instalado en 1917 y Rusia pasó a llamarse Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.

LO QUE TUVO DE RUSA LA REVOLUCIÓN RUSA

Es perfectamente sabido que los ideólogos o creadores del comunismo teórico fueron, en primer lugar, Kissel Mordekay (conocido como Karl Marx), autor del libro "El Capital" y del "Ma­nifiesto Comunista" de 1848; Frederik Engels, creador de la Primera Internacional Comunista en 1849; Karl Gautski, autor de "Los Orígenes del Cristianismo", quien estructuró los más duros argumentos co­munistas contra el catolicismo; Ferdinand Lassalle, organizador del Partido Obrero Alemán y autor de varias publicaciones que esboza­ban ya la técnica de la subversión de masas; Eduard Bernstein, quién puso las bases de la "revolución pacífica" mediante la planeación de etapas de "estatismo" e infiltración, o sea un recurso del propio marxismo para épocas y países en donde no puede avanzar abier­tamente como tal.

Y además de esas figuras de primer orden en el terreno dé la crea­ción doctrinaria, figuraron también como sus precursores Jacobo Lastrow, Max Hírsch, Edgar Loening, Neumeizer, Friboürg, Cohén, Aaron, Adler, Franckel, Gompers, Wirschauer, Babel, Schatz, David Ri­cardo y otros muchos.

Pues bien, ninguno de esos ideólogos marxistas de primera fila era ruso.

En cuanto a los jefes prácticos que establecieron en Rusia el comu­nismo mediante la "revolución violenta", figuran en primer lugar los siguientes:
Ilich Ulianov Blank (conocido como Nicolás Leníh), caudillo rojo y jefe absoluto de la URSS hasta 1924.

Lew Davidovich Bronstein (conocido como. León Trotzky), creador del Ejército Rojo y autor de las primeras' "purgas" masivas mediante las cuales la "revolución violenta" se impuso sobre el pueblo ruso.

Josif David Vissarion Djugashvili (conocido corrió José Stalin), je­fe revolucionario y luego amo soviético desde 1924 hasta 1953.

Y junto a esos jefes de primer orden en la revolución roja figura­ron Zinoviev, Kamenev, Sujanov, Saguerky, Bogdanov, Uritsky, Ria-zanov, Abramovich, Kamkov, Gametsky, Meshkovsky, Parvus, Lapins-ky, Babrof, Ortodox, Garin y otros muchos.

Pues bien, tampoco estos jefes revolucionarios que establecieron la dictadura marxista en Rusia eran rusos.

En cambio, fueron rusos los integrantes de las masas que en ple­na guerra mundial primera se entusiasmaron con la propaganda que les hablaba de hacer la paz, de adoptar nuevas estructuras que die­ran tierras al campesino y de elevar el nivel de vida de los obreros.

Los dirigentes revolucionarios (no rusos) fueron quienes pusieron en circulación la campaña de desprestigio contra el régimen ruso, al que incluso llegaron a acusar de estar en complicidad con el enemi­go alemán. En realidad eran dichos jefes revolucionarios los que se hallaban en tratos secretos con Berlín.

Aprovechando los racionamientos de guerra y el desaliento que producían las derrotas sufridas por Rusia en la guerra contra Alema­nia, los líderes rojos esparcieron el derrotismo e infiltraron la ideade que todo lo malo provenía de la Casa reinante y de que todo lo bueno vendría de las nuevas estructuras marxistas.

Se creó así la confusión y el descontento que León Trotzky (recién llegado de los Estados Unidos) aprovechó para poner en acción la técnica del golpe de Estado y de la guerrilla urbana, a fin de captu­rar Petrogrado. La ciudad fue dividida en varios sectores, en cada uno de los cuales actuaba un pequeño grupo de revoltosos cortando vías de comunicación, paralizando servicios públicos, cerrando fábri­cas, etc., etc., para impulsar los motines. Unos cuantos disparos, he­chos por marinos rebeldes, que ocasionaron ochenta víctimas, fueron el golpe final para que la ciudad quedara en poder del grupo re­volucionario no-ruso (8 de mayo de 1917).

El Zar se hallaba en el frente de guerra y al enterarse de los moti­nes de Retrogrado quiso retirar tropas para ir a restablecer el orden, pero el Ejército se hallaba en difícil situación y los generales le acon­sejaron que abdicara para apaciguar a los revolucionarios y no res­tarle tropas al frente de guerra. Y el Zar abdicó.

Naturalmente los conjurados no se apaciguaron. En Moscú se for­mó una asamblea constituyente, vino luego el régimen de transición de Kerensky y días después el bolchevismo quedó dueño de Retrogra­do y Moscú.

En esos momentos los comunistas eran aproximadamente 240,000, minoría insignificante en relación con los 140 millones de habitantes que tenía Rusia.
No puede decirse que en la "revolución rusa" haya participado el pueblo en masa. No hubo grandes movimientos populares que abar­caran a todo el .país. Cuando mucho, hubo "inmovilidad popular", desconcierto, confusión, que el pequeño grupo no-ruso aprovechó para poner en marcha sus planes de dominio.

Como el marxismo no había sido inventado para dar tierras al campesino, ni tampoco para mejorar la economía popular, ni para conceder libertades, pronto comenzó a revelar su verdadera índole. Fue entonces cuando empezó a nacer una contrarrevolución integra­da por los remanentes del anterior sistema de gobierno y por los decepcionados del nuevo régimen.

El país trataba de salvarse de la trampa en que había caído, pero correrían ríos de sangre para impedírselo.
(1) Oriente, Menos Occidente, Igual a Cero. —-Por Werner Keller.