viernes, 16 de enero de 2009

Inflación Deflación 3ª Parte.



Capítulo III.

Se Aceleró la Concentración de Poder

PODER DE RIQUEZA PARA LOGRAR OTROS PODERES

Durante los siglos XIX y XX, cientos de hombres crearon grandes riquezas y luego las fueron acoplando en corporaciones que les facilitaron acrecentar sus caudales. Sin embargo, no era ese el fin último de sus esfuerzos.

Antes de la Era Cristiana los saduceos (pueblo judío que se consideraba predestinado para dominar al mundo) ya habían puesto la base de que la riqueza (acrecentada ilícitamente), debería servir para obtener poder político y religioso. Este mecanismo seguía practicándose por sus descendientes en el siglo diecinueve. Y lo practicaban con una habilidad y una constancia que ningún otro pueblo era capaz de imitar.

Un ejemplo típico de especulador fue Mayer Amshel Rothschild, quien a principios del siglo pasado ya se había enriquecido mediante préstamos usurarios. Cuando Napoleón fue vencido en Waterloo, por los ingleses y los prusianos, Rothschild comisionó a su agente Rothworth para que llevara rápidamente a Londres la falsa noticia de que tos ingleses habían sido derrotados.

De esa manera provocó pánico y un desplome de acciones en la Bolsa de Londres, cosa que aprovechó para adquirir gran cantidad de acciones a muy bajo precio.
Poco después, cuando se conoció que los ingleses eran los vencedores, las acciones recuperaron con creces su valor anterior. Rothschild se hizo inmensamente rico.

Este magnate -multado varias veces en Frankfurt por introducir contrabando, cuando todavía no era muy influyente-, creó una dinastía. A su hijo Salomón lo envió a París; a Natán lo envió a Londres; a James lo mandó a Bélgica, y posteriormente a Karllo envió a Nápoles. En todas esas ciudades montaron organismos de altas finanzas. Su riqueza crecía más por sus actividades especulativas que por la lícita actividad financiera.

Aprovechando las frecuentes guerras europeas, la múltiple Casa Rothschild hacía préstamos a los dos bandos en pugna, mediante garantías, y así ganaba por partida doble. Además, lograba ascendiente político sobre los jefes de Estado.

Otro caso parecido fue el "comercio" de opio realizado en China por "británicos". Los chinos lo prohibieron varias veces y en 1839 confiscaron un gran cargamento en Cantón y lo quemaron.
Los negociantes recurrieron a sus influencias y la Gran Bretaña envió una expedición armada, que se conoció como "la primera guerra del opio". Los chinos fueron vencidos, se tes obligó a pagar una indemnización, se reabrieron caminos para el opio y los ingleses se adueñaron de la isla de Hong Kong (1842). La guerra se repitió en 1856 y más tarde surgió la próspera "Hong Kong and Shangai Banking Corporation".

Años después Herbert y Cecil Rhodes descubrieron que había oro y diamantes en los territorios africanos de Transvaal y Orange, colonizados por holandeses (boers). Como éstos les estorbaban para monopolizar dichas riquezas, Cecil logró el apoyo de sus hermanos de logia (Oppenheimer, Seely, Garret y Rothschild), fue financiado por los Lazard, los Morgan y el Midland Bank, y emprendió una ofensiva armada.

Se movilizaron 448.000 soldados (incluyendo 200.000 coloniales británicos que ni sabían por qué luchaban y morían), y derrotaron a 60.000 boers. Arrasaron sembradíos e inventaron los "campos de concentración" para civiles. Las familias de los combatientes boers" estuvieron confinadas en esos campos, donde hubo muy alta mortandad. Pero el monopolio de oro y brillantes dio enorme fortuna a las dinastías Rhodes y Oppenheimer. Rhodes, propietario de la Consolidated Goldfields Ltd., consideraba que su fortuna debería servir para fines políticos internacionales. Coincidía con Walter Rathenau (magnate nacido en Alemania y posteriormente protector del comunismo) en que trescientos magnates unidos entre sí, y con sucesores bien preparados, podían dirigir los destinos del mundo'.(1)

Los anteriores ejemplos -de los cuales hay muchos dejan en claro que una cosa es la actividad económica sana, de "mercado libre", y otra muy distinta es la actividad económica ilícita, que busca fines ajenos a la economía.

En resumen, el Supracapitalismo tiene las siguientes características:

1. Acumulación de recursos económicos mediante tácticas inmorales.

2. Utilización de esos recursos para acciones revolucionarias. (La Revolución como medio para imponer controles económicos, políticos, filosóficos, ideológicos y antirreligiosos).

Ahora bien, el estatismo que tiene su paraíso en los países comunizados es precisamente Supracapitalismo, pues acumula recursos económicos para imponer controles totales.
Toma como pretexto al bien colectivo, al que jamás sirve.

El Supracapitalismo no es la esencia de la empresa libre, ni del mercado, ni de la producción, ni de la propiedad privada. No es la esencia de la sana actividad económica; es el cáncer que crece a costa de la sociedad.

1 "¿Quién Está Detrás de Kissinger? 1. Az. Igazságot

SE EXPANDIÓ LA ECONOMÍA Y TAMBIÉN SU CÁNCER

El siglo XIX estuvo pletórico de adelantos técnicos importantes: el ferrocarril, el telégrafo, el teléfono, el cable trasatlántico, los motores de vapor y de combustión interna, la evolución de la siderúrgica Y de la química, las diversas aplicaciones de la energía eléctrica, etc.

Surgieron gran diversidad de máquinas que dieron a la industria la oportunidad de un desarrollo vertiginoso. Se pudo producir más en menor tiempo y a menor costo. Se multiplicó la producción de bienes, el comercio y los negocios en general. Mucha gente que vivía difícilmente en el campo tuvo nuevas oportunidades en los centros industriales y comerciales.

Conforme crecía la industria y el comercio, se generaban nuevos empleos, se derramaban salarios e impuestos y crecía la velocidad de la circulación del dinero.

Mucha gente laboriosa y emprendedora se fue incorporando a la maquinaria de ía producción. No cabe duda que la economía se desarrolló el siglo pasado mucho más que en varios siglos anteriores. Fue, en general, un proceso benéfico para la humanidad, y no se puede culpar a la economía, en sí, de lo que se movía a espaldas suyas para hacer crecer un cáncer.

Debe verse claramente que ciertas fuerzas difundieron teorías capciosas, basadas en que la economía formaba un coto cerrado, aparte de todo lo demás. Se insistía en que la economía era algo absolutamente independiente, soberano, por encima de la sociedad, incluso de la moral. Un mundo aparte.

En el acontecer económico se estaba introduciendo lo inmoral y se le negaba cabida a lo moral. Se alegaba que lo económico estaba por encima de esos conceptos, rodeado de tecnicismos oscuros y variables para dificultar o impedir que se hurgara en ese terreno. Se trataba mañosamente a la economía como si surgiera de leyes físicas totalmente ajenas ai hombre y que el hombre no podía adecuar al bien común.

Todo eso se encubrió con el nombre de "liberalismo económico", que era una rama del liberalismo ideológico, el cual a su vez era rama del tronco de la Revolución.

En las teorías de David Ricardo había mucho de verdad, pero también mucho de engaño.

Se eliminaba de la economía todo factor ético. Se sostenía que la gente sólo persigue su propio interés en los fenómenos económicos y que ese interés era lo único que debería tomarse en cuenta. Claro que la gente busca su propio interés; es una inclinación de la naturaleza humana. Pero, ¿sin límites? ¿Sin tomar para nada en cuenta el daño que e! abuso podía causar a terceros?

A (a ley de la oferta y la demanda, básicamente cierta, se le daba el libertinaje de poder restringir artificialmente la oferta, la ley de la libre concurrencia también podía ser burlada mediante el "dumping" (ventas a menos del costo para arruinar al competidor), seguido del monopolio que elevaba arbitrariamente el precio.

En muchos casos el crédito se manejó astutamente, como un instrumento para favorecer a unos y para perjudicar a otros, la concesión de crédito abundante, seguida al poco tiempo de una súbita restricción, permitía a ciertos especuladores hacer bajar precios (o acciones), comprar a la baja y luego revender al alza, de lo cual se beneficiaban a corto plazo.

Los principales beneficiarios de ese atraco no fueron muchos, pero si fueron muy grandes las fortunas que lograron acumular. Y algo muy importante: esas fortunas no las acumularon con el único fin de disfrutar de bienestar, sino de aprovecharlas para llegar más adelante a crear el brazo económico de la Revolución Mundial. Este es un punto fundamental para el estudio de los grandes problemas del presente.

EUROPA EN LA TENAZA POLÍTICA-ECONÓMICA

Después de la derrota de Napoleón, Francia había quedado sumida en grave crisis. Tuvo que acudir a la alta finanza internacional, particularmente representada por los Rothschild, y obtuvo -para empezar- un crédito por 187 millones de francos, pero debería reembolsar 384 millones, más intereses anuales de 17 millones.

Por otra parte, sus 323 logias empezaron a ser reorganizadas en 1823 y a proliferar. Todas se encargaban, por diversos caminos, de rescatar las corrientes revolucionarias y de darles nuevos cauces adaptados a las circunstancias. Funcionaba la Orden de los Misraim, la Orden Filosófica, la Orden Mística, el Rito de Memphis, los Caballeros de la Fe, la Orden Hermética y Cabalística, la logia del Arco Iris, los Neo-templarios, etc., y se bifurcaban luego en la Sociedad de los Amigos del Pueblo , Protestadores de Julio , Sociedad de la libertad, del Orden y del Progreso y la Sociedad de los Derechos del Hombre. Dos logias se especializaban en penetrar al ejército.

El duque de Aumale conoció los secretos de una logia y denunció que había complicidad entre altos financieros y los preparativos revolucionarios, después de lo cual sufrió un atentado, del que se salvó, y más tarde murió al desbocarse los caballos de un coche que le prestaron. Se dijo que los caballos habían sido drogados. (13 de julio de 1842).

En 1847 se efectuó en París un congreso masónico que acordó intensificar la lucha contra el catolicismo. En ese mismo año empezó a circular el Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Marx gozó de protección económica de los Rothschild en Inglaterra, a la cual tomó como patria adoptiva. Su nombre verdadero era Kissel Mordekay y tenía todo d fanatismo heredado de su abuelo rabino. Su amigo Baruchlevy le decía en una carta que la riqueza pública podría llegar a ser administrada por su estirpe, (y así se cumplirán las promesas del Talmud, de que al llegar los tiempos del Mesías, los judíos tendrán en sus manos las riquezas de todos los pueblos del mundo".(1)

1 Los Orígenes Ocultos del Bolchevismo.- Jules Tallendier.

El Manifiesto Comunista contenía los mismos principios de la Revolución:

1. Lucha contra Cristo.
2. Lucha de clases. (Odio de clases).

3. Soprestán de la propiedad privada.

4. Los obreros no tienen patria, lucha internacional.

5. Impuestos progresivos.

6. Centralización del crédito.

7. Estatización de transportes e industrias.

8. Ruptura de las ideas tradicionales. Abolición de los valores morales.

9. Educación bajo el Estado, (laica-ateísta).

10. Aprovechar la democracia para acabar con la propiedad privada y con la democracia.

11. Transformación de las relaciones entre los sexos. Destrucción de las dos bases principales del matrimonio: la dependencia de la mujer respecto al hombre y la de tos niños respecto a sus padres.

12. La Revolución Comunista será Revolución Mundial. ('Principios de Comunismo". Engels).

En relación con el Manifiesto Comunista, nuevos movimientos revolucionarios conmovieron a Europa en 1848, pero fracasaron. Donde lograron ganar más terreno fue en Francia. Allí se estableció la República Social Democrática bajo la bandera roja. Sin embargo, el ejército reaccionó y logró imponerse tres años después.


Con objeto de servir a la ideología revolucionaria en el campo informativo, Charles L. Havas había creado en París la agencia noticiosa "Havas" (1835), a la que se te asociaron luego Wolff, en Berlín, y Pablo Reuter, quien empezó utilizando palomas mensajeras para transmitir mensajes a sitios donde las comunicaciones eran malas.

Charles Havas, y luego su hijo Augusto, crearon en París la Sociedad General de los Anuncios, mediante la cual fueron favoreciendo a determinados diarios con la publicidad comercial. Se daba preferencia a los periódicos con más penetración en la opinión pública y que no se opusieran a las líneas generales revolucionarias, por lo menos que no lo hicieran en forma fundamental y sistemática. La agencia "Havas" se conectó posteriormente con la "Associated Press", de Nueva York, y se dio así a Europa y a América una información internacional más o menos uniformada.

En otro campo trabajaba la masonería operativa "Alta Venta", de los Carbonari. Tenía un plan fantástico para que la Revolución se valiera de jerarcas de la Iglesia católica. El Papa Gregorio XVI conoció ese plan y autorizó que fuera publicado. En parte decía: "El trabajo que vamos a emprender no es obra de un día, ni de un mes, ni de un ano; puede durar muchos años, un siglo tal vez. Lo que debemos buscar y esperar como los judíos esperan al Mesías, es un Papa según nuestras necesidades... Que el Clero marche bajo nuestro estandarte siempre creyendo caminar bajo las banderas de las llaves Apostólicas". (Publicado en 1859-1860-1861, como advertencia, bajo el título "la Iglesia Romana Frente a la Revolución").

No tardó en descargarse un nuevo golpe revolucionario contra Francia, en 1870-71. El hermano masón Thirifocque dijo en la Comuna que se trataba de "la revolución más grande que el mundo puede contemplar; es un nuevo templo de Salomón, que los masones están obligados a defender". Nuevamente fueron movidas chusmas para profanar iglesias; se hacían juergas en los altares; el arzobispo y 6 sacerdotes fueron asesinados; novedosas "feministas" anunciaban que era necesario libertar a la mujer de la esclavitud del matrimonio; muchos edificios fueron incendiados. Finalmente el ejército liquidó la rebelión, que costó de veinte mil a treinta mil muertos'.(l)

1 La Revolución de 1871.- Nesta H. Webster.

El Papa Pío IX reiteró la advertencia de que de las sectas ocultas manaba la acción revolucionaria anticristiana.

La fase violenta había fallado, pero continuaba la penetración pacífica. Héroid, prefecto del Sena, prohibía que en las escuelas hubiera crucifijos. En el Congreso de la Liga de la enseñanza el maestro Jean Macé decía francamente: "Quien tiene las escuelas lo tiene todo" (1882). Los textos escolares eran previamente revisados en las logias. El historiador Jean Lombard se pregunta cómo era eso posible en un país como Francia, con el 98% de su población declaradamente católica. Pero es que una minoría decidida, bien organizada, siempre se impone a una mayoría sin organización específica defensiva. (El Papa león XIII publicó en 1878 su encíclica "Quod Apostolici Munen's" sobre las falsedades del comunismo y el peligro de las sectas ocultas.

Seis años después volvía a denunciar minuciosamente, en su encíclica "Humanum Genus", la conjura de tales sociedades y la forma en que estaban minando a la sociedad, y cuatro años más tarde publicó su encíclica ("libertas", en la que habla del liberalismo, que en forma sutil seguía deslizando los mismos postulados revolucionarios contra la sociedad y el cristianismo, y que defendía una licencia absurda so capa de libertad. Posteriormente también denunciaría la trampa que implicaba el movimiento llamado Democracia Cristiana).

Tras del fallido golpe violento hubo nueva crisis económica en Francia y, por supuesto, nuevos créditos de la alta finanza. Bajo el patrocinio de la Banca Morgan, de Nueva York, se fusionaron el Banco de París y el Banco de Crédito y de Depósito de los Países Bajos. Su nuevo director fue Henri Cemuschi, miembro de una sinagoga de Milán, que había participado en los motines marxistas de Italia. Sus simpatías estaban bien definidas.

Otros "hermanos" suyos integraban un bloque financiero en Europa. Los Hirsch en Bruselas; los Rosenthal en Amsterdam; los Oppenheim en Viena, y los Rothschiid en las principales ciudades europeas, las concesiones para construir ferrocarriles en Francia seguían siendo objeto de grandes fraudes.

El francés Fernando María Lesseps planeó y realizó la apertura del Canal de Suez, para unir el Mediterráneo y el Mar Rojo. Inglaterra vio con celo que esa estratégica obra quedara fuera de su control y logró adquirir la mayoría de las acciones. En Francia se culpaba de ineptitud a los ministros Decazes (de Relaciones Exteriores) y León Say (de Finanzas). Incluso se sospechó que su militancia masónica había influido para permitir que sus hermanos de Inglaterra (financiados por Rothschiid), se quedaran con la posesión del estratégico Canal.

Algo parecido ocurrió con el Canal de Panamá, que antes de su terminación fue vendido a Estados Unidos en 1898. La palabra ("panamá" se cargó con una acepción de fraude. El periodista y escritor francés Edouard Drumont hizo revelaciones muy graves contra funcionarios franceses, tanto en su periódico "la Libre Palabra" como en su libro ("la Francia Judía". Fue acusado de antisemitismo. La corriente revolucionaria, particularmente acentuada en Francia, actuaba en toda Europa. Sus derrotas visibles en los movimientos violentos eran compensadas por triunfos graduales en el ámbito invisible de los espíritus. En Alemania ocurrieron grandes jugadas financieras, como la de 1873 que arruinó a muchos ahorradores de la clase media, pero que enriqueció a los consorcios de Mendelssohn, Kolch, Metzler, etc.

Entretanto, en Rusia, el zar Alejandro I había permitido la formación de sociedades secretas, pero luego vio que eran centros de extraña agitación política y las prohibió. Fue asesinado en 1825. Su sucesor, Alejandro II, trató de armonizar las diversas tendencias y surgieron más fuertes las agrupaciones secretas "Tierra y Libertad", "La Sociedad del Hacha", "Sforr" efe. Bakunin enseñaba en su Catecismo Revolucionario, punto 4, que "no hay más moral que la que contribuye al triunfo de la Revolución". Dostoievski denunció que existía, prácticamente, un Estado dentro de otro. Sin embargo, Alejandro II hizo concesiones. Murió asesinado en 1881, como su antecesor.

El nuevo zar, Alejandro III, restableció muchas restricciones para logias y sinagogas. Su heredero, Nicolás II, trató a los grupos revolucionarios con alternadas medidas de suavidad y firmeza. Ya entonces actuaban Vladimir Ulianov (más tarde llamado Lenin) y león Davidovich Bronstein (más tarde llamado león Trotsky).

Desde Nueva York, el super-magnate Jacobo Schiff actuó en favor de los revolucionarios. Mediante un crédito de 200 millones de dólares, facilitado a Japón, propició que éste se sintiera con arrestos para atacar sorpresivamente a Rusia (guerra de 1904-1905). Las fuerzas rusas fueron derrotadas en mar y tierra en su extremo asiático de Puerto Arturo.

Esa circunstancia fue aprovechada por los revolucionarios para su movimiento de 1905. Hubo motines y asaltos a bancos y trenes, para recabar fondos, pero la revolución fracasó. Saldo sangriento: 19.000 muertos, incluso 4.000 judíos, y 28.000 heridos. (Rusia tenía entonces 103 millones de habitantes).

ESTADOS UNIDOS EN EL SIGLO XIX

Estados Unidos se desarrolló en el siglo antepasado más que ningún otro país. Era una colmena en que todos sus moradores trabajaban entusiastamente. Entre ellos destacaban por sus amplias miras los descendientes de un grupo llegado en el siglo XVII, bajo el patrocinio de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, con sede en Holanda, que les franqueó las puertas en la isla de Manhattan, contra la oposición inicial del gobernador Peter Stuyvesant.

En Manhattan se construyó una pared, a manera de división, para aquellos inmigrantes, y a un estrecho pasadizo se le llamó "Calle de la Pared", en inglés "Wall Street". De ahí surgieron más tarde los fundadores del llamado Banco de los Estados Unidos, que logró considerable poder. Tanto así que el Presidente Jefferson llegó a decir que la alta finanza ya se estaba tomando peligrosa, pues "ha constituido una aristocracia que desafía al Gobierno"(1).
1 El Enigma Capitalista.- Joaquín Bochaca.

John Pierpont Morgan hizo fortuna con la construcción de ferrovías en el sureste, especuló con materiales del Estado y erigió la Casa Drexel Morgan and Company, que se convirtió en una de las más poderosas del mundo. Luego constituyó la United States Steel Corporation y a continuación la International Mercantile Marine Co. Lo llamaban el rey del acero.

Cornelius Vanderbilt-primero de una dinastía- también se enriqueció mediante concesiones de construcción de ferrocarriles y con subvenciones oficiales para compañías de navegación. La dinastía ganó prestigio ante la opinión pública haciendo donativos a las universidades de Columbia y Vanderbilt, en las cuales de paso ejercía influencia sobre la orientación educativa.

Jay Gould, conocido por su falta de escrúpulos, especuló con monopolios y construcciones de ferrovías. Hizo el ferrocarril elevado de Nueva York y montó la Western Union Telegraph Company. Meyer Guggenheim, llegado de Suiza, hizo fortuna con el cobre refinado, asoció a sus cuatro hermanos y formó la "Philadelpia Smelting and Refining Co." Su dinastía aprovechó influencias políticas para extender su imperio a los yacimientos de oro en Alaska, de estaño en Solivia y de cobre en Chile.

La guerra de secesión (1861-1865) fue un río revuelto en el que acrecentaron sus fortunas los más astutos negociantes, en tanto que pueblo y gobernantes estaban empeñados en la sangrienta contienda. Lincoln necesitaba dinero para financiar la lucha del norte contra el sur, pero el interés del 36% que le fijaban le pareció muy alto y emitió sus "billetes verdes", que fueron boicoteados por varios financieros, hasta que admitió el empréstito con el 36%.

Se cree que esto lo inclinó a proyectar una serie de controles financieros para establecerlos cuando pacificara el país, pero en vísperas de lograrlo fue asesinado (1865). Se dijo que el asesino John Wilkes Booth era partidario de los secesionistas vencidos, pero fue muerto antes de lograr que declarara. Un presunto autor intelectual del magnicidio, Judah F. Benjamín, huyó a Inglaterra. (Los archivos de la contienda quedaron vedados para los historiadores durante cien años).

Los trust (monopolios), frustraban la sana ley de la oferta y la demanda; provocaban artificiales bajas y alzas de precios, siempre en su favor y en perjuicio de otros competidores o del público en general. Más aún, en 1869 ocurrió el famoso "viernes negro" de Wall Street Los grupos de Gould, de Fisk, de Vanderbilt, etc., realizaron grandes jugadas. Muchas acciones se desplomaron, fueron vendidas a la baja, luego recompradas, vendidas a mejor precio, etc., y millares de americanos sufrieron pérdidas.

Fisk, uno de los que prefabricaron el "viernes negro", se granjeó muchas enemistades y fue asesinado por un socio que se sintió defraudado.

La dinastía Selígman también hizo muy grandes especulaciones durante la guerra de secesión y con el “crack" de la Bolsa de Nueva York, la "Abraham Seligman and Company" de San Francisco llegó a tener prósperas sucursales en Nueva York y en Europa. Este consorcio fue uno de tos patrocinadores de Ulyses S. Grant, francmasón del rito escocés, presidente de Estados Unidos (1869-1877).

Había ya en ese entonces diez mil logias en Estados Unidos. Entre ellas destacaba "The Independent Order of B'nai B'rith" (la Orden Independiente de los Hijos del Pacto), formada por magnates judíos. En las sinagogas y en las logias se reforzaban sus lazos entre sí. Su poder económico era la base de una acción política de alcances mundiales, los matrimonios entre algunas selectas dinastías garantizaban el uso de los caudales.

La construcción de más de trescientos mil kilómetros de ferrovías -particularmente en la segunda mitad del siglo XIX -, fue aprovechada por esos magnates para acrecentar sus fortunas, ya fuera especulando con materiales o con terrenos. En esas obras hubo de todo: desde grandes hazañas de exploración hasta asaltos, amenazas, negocios sucios y tarifas arbitrarias.

Abraham Kuhn y su socio Salomón Loeb fundaron en Nueva York una casa bancaria para operar en las construcciones de ferrocarriles. Luego extendieron sus actividades a la American Smelting and Refining Association, a la Westinghouse Electric, a la Western Union Telegraph y a las compañías de seguros. Ya en pleno éxito invitaron a un nuevo socio, Jacobo SchiH, simpatizante -como ellos- de los movimientos revolucionarios europeos.

John Davidson Rockefeller lavantó el trust de la Standard Oil y luego el de minas y fundiciones. El juez Landis, de Chicago, le impuso una multa de 29 millones de dólares por diversos delitos financieros, pero ya Rockefeller tenía bastante influencia política para eludir la acción de la justicia. En la década de 1870 la Standard Oil tenía un monopolio casi total de la refinación de petróleo. Este y otros trust habrían de darle a Rockefeller padre una fortuna de más de mil millones de dólares. Era el hombre más rico del mundo.

En la década de 1880 más de cinco mil empresas fueron fusionadas en unos 300 trust. Esto se realizaba, en gran parte, maniobrando el crédito en forma discriminatoria para cerrar el paso a la libre competencia; concentrando el crédito en favor de unos pocos; prefabricando desplomes de precios para obligar a algunos productores a vender o a asociarse; promoviendo alzas amañadas para obtener grandes beneficios, etc. (1)

1 Las Empresas Multinacionales.- Christopher Tugendhat.

Jueces y legisladores norteamericanos se alarmaron ante todo eso y lograron que se expidiera la ley Sherman (Anti Trust) en 1890, para disolver monopolios como el de la Standard Oil. Pero los magnates se las ingeniaron para dar la apariencia de que disolvían sus gigantescos bloques.

Después formaron Fundaciones para hacer donativos culturales y en esta forma lograron exenciones de impuestos. Con una parte de lo que así se ahorraban podían ejercer la filantropía y aún salían ganando. En no pocos casos la filantropía se convirtió en celestina de la especulación.

Además, muchos donativos se orientaban a adquirir influencia en los centros de altos estudios, en los cuales preparaban jóvenes para colocarlos en la política y aumentar su influencia en la máquina gubernamental.

La dinastía Morgan, con centro en Nueva York, y la dinastía Rockefeller, con base en Ohio, se acopiaron a fin de reforzar su poderío. Para llamar menos la atención bifurcaron sus canales financieros y muchas de sus actividades se enmascararon a través de filiales y fideicomisos.
Por lo menos una parte de la alta finanza y de la alta masonería -esta última con sede en Charleston- funcionaba conjuntamente para acreditar el liberalismo económico, bajo el cual se erigía a fines del siglo XIX un gigantesco movimiento político internacional. ("El Gobierno Mundial y la Contralglesia".- Fierre Virión).

El PRIVILEGIO DE EMITIR DINERO

Al principiar el siglo XX el desarrollo de Estados Unidos continuaba con mayor fuerza. Tan sólo en la primera década fueron admitidos como inmigrantes 8.795.000 extranjeros. La población total del país subió a 92 millones. El campo era activamente cultivado. Crecían las pequeñas, medianas y grandes empresas. Prosperaba todo el que aportara laborioso esfuerzo.

Se imponía, con grandes logros, el sano mecanismo de producir, de organizar, de mejorar la productividad, de bajar costos y de hacer accesible a las masas la adquisición de muchos bienes a que antes no tenían acceso. Este aspecto benéfico del capital era evidente. Era el triunfo de la economía basada en el trabajo.

Pero paralelamente a ese progreso se desarrollaba un círculo de colosal poder económico- político. A diferencia de la enorme mayoría de agricultores y empresarios, el pequeño grupo de super-magnates no americanos tenía metas que rebasaban el área de la sana economía.

Ese grupo -encabezado por Bernard Mannes Barueh, Henry Morgenthau y Jacobo Schiff- apoyó a Woodrow Wilson para que llegara a la Presidencia, en la que estuvo de 1913 a 1919. Aparentemente a cambio de ese apoyo, lograron en 1913 que Wilson y varios legisladores -también apoyados para obtener curules- votaran la ley conocida como "Federal Reserve Act". Fue un triunfo importantísimo para ellos.

Paul Warburg -inmigrante judío recién nacionalizado americano-, fue el primer presidente del Federal Reserve Borrad (Reserva Federaí), organismo que en ío sucesivo se encargaría nada menos que de ía emisión del dinero. El F.R.B. disponía de fondos privados y sus directores eran banqueros privados. La facultad de controlar las aftas finanzas ya no dependería del Congreso de la Unión, sino de unos cuantos magnates. Se alegó el pretexto de que así se separaba la función política de la función económica de crear dinero. (El presidente de la FRB en 1990 era Alan Greenspan, fiel continuador de la obra -de Warburg).

En la práctica, unas cuantas dinastías (con el National City Bank de Nueva York, la John Pierpont Morgan, la Kuhn, Loeb and Company y el First National City Bank) adquirían una influencia arrolladora en el campo económico-político.

Incluso el Estado tendría que acudir al Federal Reserve System cuando necesitara dinero, y pagaría intereses por él.

En esta reforma no tenía cabida la gigantesca maquinaria económica de todo el país. Millones de ciudadanos que producían bienes y servicios quedaban al margen o indirectamente supeditados a ella. En otras palabras, no era una maniobra de la libre empresa, de la economía libre. Era la obra de un pequeño grupo de hombres cuyo móvil no consistía únicamente en controlar más riqueza, sino también en adquirir poder político.

Para protegerse en el campo legal lograron situar en la Suprema Corte de Justicia a Louis Dembitz Brandéis, conocido "izquierdista" de la Universidad de Harvard. El Colegio de Abogados protestó, pero no consiguió nada. La Ley Sherman -que en teoría tendía a limitar el poder de los grandes magnates-quedo prácticamente inoperante.

Durante la presidencia de Reagan, el diputado Jack Kemp denunció como antidemocrático que el Sistema Federal de la Reserva ("con su inescrutable Comité Federal del Mercado Abierto") aumentara o bajara el crédito, subiera o disminuyera el rédito, etc., y elaboró un proyecto de ley a fin de que dicho organismo dependiera del Congreso y del presidente de la república.

El secretario del Tesoro, Donald T. Regan, era de la misma opinión, y se creyó que ambos estaban apoyados por el presidente Reagan. No era democrático que 19 personas (el núcleo de la "Fed") "determinara el curso de la economía estadounidense y mundial". Sin embargo, no pudieron sacar adelante el proyecto de Ley, de tal manera que el Sistema Federal de la Reserva sigue siendo un monopolio económico.

(En la Gran Bretaña ocurrió algo parecido con el Banco de Inglaterra, controlado por Lazard, Oppenheimer, Warburg, Seligman, Samuel Montagu y por otros cuyos nombres ya ni se conocen públicamente).

MUCHOS DIVIDENDOS Y EL NACIMIENTO DE LA URSS

En 1914 el Imperio Británico (que en sus dominios y colonias tenía a su servicio a más de 140 millones de súbditos) era la potencia número uno. Pero Alemania estaba desarrollándose más rápidamente, con una fuerte industria nacionalista, y ya ocupaba el segundo fugar. En producción de acero aventajaba a los ingleses. El comercio exterior británico era de 35.000 millones de francos; el de Alemania de 24.000 millones, y el de Estados Unidos de 21.000 millones.

Esa situación fue un factor importante para que en agosto de 1914 estallara la primera guerra mundial. Inmediatamente Estados Unidos abrió créditos, hasta por 2.500 millones de dólares, para las potencias aliadas, y el centro de la alta finanza de Londres comenzó a girar hacia Nueva York como el nuevo centro mundial.

De acuerdo con los planes para su futura intervención en la guerra (guardados transitoriamente en secreto para lograr la reelección de Wilson), la Casa Blanca formó la Comisión de las Industrias de Guerra, encargada de las materias primas estratégicas norteamericanas y de las compras de los aliados). Al frente de esa comisión quedó el famoso gran maestro Bernard Baruch, coordinador de los consorcios supracapitalistas y consejero de los presidentes norteamericanos, desde Wilson hasta Johnson-(1913-1965).

Además, se trazó un programa especial para aumentar la flota americana, bajo la dirección de Joseph Daniels y Franklin Delano Roosevelt, ambos identificados en las logias más selectas y en sus simpatías hacia las corrientes revolucionarias. Trabajaron junto con ellos Henry Morgenthau y la Banca Kuhn-Loeb. O sea que los más poderosos magnates no americanos tuvieron oportunidad de hacer muy grandes especulaciones durante la guerra.

Rusia se hallaba tan minada (después del movimiento revolucionario de 1905) que su entrada en la guerra mundial, en 1914, fue un acto suicida. El consiguiente malestar fue aprovechado por los jefes bolcheviques Lenirt, Trotsky, Stafin, Kamenev, etc., para ofrecer al pueblo que le darían la paz; a los obreros, que les darían las fábricas; a los campesinos, que les darían las tierras, etc. Y la Revolución estalló en 1917.

Entretanto -una vez reelecto- Wilson declaró la guerra a Alemania en abril de 1917.
Anunció que su intervención, era "contra los gobiernos autocráticos" y para "asegurar la salvación de la democracia en el mundo".

Ese mismo año empezaron a llegar financiamientos para los revolucionarios soviéticos. Procedían de Kuhn, Loeb and Co., de Félix Warburg, Otto Kahn, John P. Morgan, Jacobo Schiff, Olef Asxberg, Jacobo Furth, Enrique Goldfogle, Gug gengheim, etc. El Servicio Secreto de Estados Unidos detectó esa ayuda.

La guerra mundial terminó en 1918. Previamente un congreso de las masonerías aliadas, celebrado en París el año anterior, con la participación de los "Grandes Maestros de la Sabiduría", había formulado directivas para el tratado de paz, el cual fue luego conocido como Tratado de Versalles (1919). El Presidente Wilson estuvo asesorado por Bernard Baruch, Stephen Wise, Jacobo de Hass, el rabino Levinthal, los representantes de la dinastía Warburg y un numeroso equipo de "expertos" suministrados por sinagogas y logias.


Precisamente en esos días la Revolución estaba a punto de ser vencida en Rusia. En el Tratado de Versalles se introdujo una cláusula (la número 6) para prohibir internacionalmente que se diera ayuda a los rusos nacionalistas que luchaban contra los revolucionarios. Se habló de que eso obedecía al principio de "autodeterminación de los pueblos". Sin embargo, siguió fluyendo la ayuda para los soviéticos, cuya "CHEKA" realizaba matanzas masivas de los rusos opositores o potencialmente opositores.

La Kuhn-loeb and Co., que era la mayor organización neoyorquina de crédito ayudó a la Revolución Soviética entre 1918 y 1922. El Chase Manhattan Bank, de John Rockefeller (abuelo de David) le abrió créditos a Moscú para obtener máquinas. Igual cosa hicieron los banqueros Max y Jacobo Schiff. Así pudieron los revolucionarios obtener equipo para plantas eléctricas, fábricas de vehículos, de locomotoras, etc. El banquero Averell Harriman, de Estados Unidos, los ayudó a construir ferrocarriles, la Standard Oil, de Rockefeller, les envió equipo para explotar yacimientos petroleros y les regaló gran cantidad de comestibles.

Gran parte de toda esa ayuda no fue pagada por Moscú, sino por el Federal Reserve Board, de EE.UU., de tal manera que en último término pagó el contribuyente americano.

En resumen, los teorizantes comunistas del siglo XIX (Marx, Engels, Heine, etc.), fueron patrocinados por los Rothschild. Más tarde, en 1917, los revolucionarios Lenin, Trotsky, Stalin, Kamenev, etc., fueron ayudados por decenas de magnates judíos de Norteamérica y de Europa, El Banco del Estado Soviético, controlado por la familia Ashberg, banqueros de la Nya Bartken de Estocolmo, se conectó con el grupo más alto de financieros de Occidente.

El pueblo americano tuvo 321.000 bajas y gastó 24.000 millones de dólares en la primera guerra mundial, y el principal beneficiario fue el grupo judío de Wall Street, que pasó a constituir el primer centro financiero del mundo, reemplazando al de Londres. El otro grupo victorioso (de acción violenta) se afianzó en Moscú. Su índole real (bárbaramente dictatorial) fue paliada por los más grandes medios de comunicación para tranquilizar a la opinión pública norteamericana, como "The New York Times", "Washington Post", "New York Post", "Christian Sciense Monitor", "New York Herald Tribune", "Boston Evening Transcript", 'Time", "Life", las grandes cadenas de Radio y luego de Televisión, etc.

NACE EL CONSEJO DE RELACIONES EXTERIORES

El núcleo supracapitalista de Esta dos Unidos venía operando discretamente en un llamado "Eastern Establishment", que agrupaba a cientos de personas muy importantes en las finanzas, la política, la prensa, las universidades y ios círculos intelectuales. Eran en totaí poco más de mií personas, pero con vasta influencia en millones de americanos.

En 1919 el "Eastern Establishment" se transformó en el "Council of Foreign Relations". Este Consejo de Relaciones Exteriores es una asociación privada, con poderes que a grandes rasgos se bifurcan de la siguiente manera:

1. Con grandes trust (disfrazados) dispone de capitales enormes para actividades políticas.
2. Con poderosos medios masivos de comunicación influye en la opinión pública y se protege, a sí mismo.
3. Con Fundaciones (parcialmente altruistas) se ahorra muchos impuestos, cosa que le permite crear o subvencionar centros de altos estudios.
4. Patrocina la preparación de jóvenes (seleccionados ideológicamente) para luego introducirlos en puestos gubernamentales.
5. Con donativos a los dos partidos políticos gana influencia en ambos.
6. Con aportaciones económicas y con patrocinios publicitarios favorece la carrera de algunos jueces, diputados, senadores, gobernadores, etc., e incluso presidentes.
7. Con todo lo anterior ha logrado tener gente de su confianza en el Departamento de Estado Americano, que es el conductor de la política internacional de EE.UU.
8. Con su enorme poder económico puede propiciar períodos de auge o de depresión.

Los pormenores sobre estos ocho puntos son tantos que mencionarlos requeriría muchísimas páginas. Tan sólo la dinastía Rockefeíler influye decisivamente en doscientas diversas grandes empresas, 20 de las cuales disponían recientemente de recursos por valor de 640.000 millones de dólares.. En los años 70s dependían de esa dinastía o estaban acopladas a ella, las siguientes firmas:

General Motors Standard Oil (Exxon)
IBM Standard Oil de Cal.
Union Carbide Mobil Oil
Chrysler Continental Orí
U.S. Steel Bendix
Caterpillar Tractor Allied Chemical
General Electric First National City Bank
Xerox Mellon National Corp.
Ralston Purina Colgate Palmolive
American Motors Burroughs
Harris Intertype Chase Manhattan Corp.
Wells Fargo American Express
American Telephone Eastern Air Unes
Canadían Pacific Pan American World Airways (1)

1 "Vodka Cola".- Charles levinson.

A la muerte de Henry Ford (1947) también esta empresa quedó controlada. Paul G. Hoffman (miembro del CRE) era a la vez funcionario de la Ford y facilitó su control.

El "Fondo para la República", de la Ford, comenzó entonces a desviar dinero para subvencionar actividades procomunisías, dentro y fuera de Estados Unidos. (Su influencia se evidenció en México, donde logró que la escuela militar de Chapingo fuera desmilitarizada y adoptara textos socialistas, a cambio de recibir una subvención).

Con el CRE cooperan también los grupos Banca Lehman; Güggenheim; Morgan, United Fruit y otros, que son los más grandes del mundo.

Muy pocos hombres, realmente, pero unidos por un programa a través del tiempo y de sus dinastías.

El fenómeno del ("Supracapitalismo" ha sido detectado en diversas ocasiones, aunque no se le haya nombrado específicamente con este término.

El Papa Pío XI dijo en su encíclica Cuadragésimo Anno, del 15 de mayo de 1931:

"Salta a la vista que en nuestro tiempo no se acumulan solamente riquezas, sino también se crean enormes poderes y una supremacía económica despótica en manos de muy pocos... Estos potentados son extraordinariamente poderosos: como dueños absolutos del dinero gobiernan el crédito y lo distribuyen a su gusto; diríase que administran la sangre de la cual vive toda la economía, y que de tal modo tienen en su mano, por decirlo así, el alma de la vida económica, que nadie podría respirar contra su voluntad. A ia vez, esta concentración de riquezas y de fuerzas produce tres clases de conflictos: la lucha primero se encamina a alcanzar ese predominio económico; luego se inicia una fiera batalla a fin de obtener el predominio sobre el poder público, y consiguientemente de poder abusar de sus fuerzas o influencia en los conflictos económicos; finalmente se entabla el combate en el campo internacional... "La prepotencia económica ha suplantado al mercado libre; al deseo de lucha ha sucedido la ambición desenfrenada de poder; toda la economía se ha hecho extremadamente dura, cruel, implacable. Añádase los daños gravísimos que han nacido de la contusión y mezcla lamentable de la autoridad pública y de la economía...

"Por lo que toca a las naciones en sus relaciones mutuas, se ven dos corrientes que manan de la misma fuente: por un lado, fluye el nacionalismo o también el imperialismo económico; por otro, el no menos funesto y detestable internacionalismo del capitel, o sea el imperialismo internacional, para el cual la patria está donde se está bien... las fáciles ganancias que la anarquía del mercado ofrece a todos, incita a muchos al cambio y a la venta de las mercaderías con el único anhelo de llegar rápidamente a la fortuna con el menor esfuerzo; su desenfrenada especulación hace aumentar y disminuir incesantemente, a la medida de su capricho y avaricia, el precio de las mercancías para echar por tierra con sus frecuentes alternativas las previsiones de los fabricantes prudentes...

"Con esto creció mucho el número de los que ya no cuidaban sino de aumentar sus riquezas de cualquier manera, buscándose a sí mismos sobre todo y ante todo, sin que por nada les remordiese la conciencia, ni por los mayores delitos contra el prójimo, los primeros que entraron por este ancho camino, que lleva a la perdición, fácilmente encontraron muchos imitadores de su iniquidad, gracias al ejemplo de su aparente éxito, o con la imponderada pompa de sus riquezas, o mofándose de ia conciencia de los demás como si fueran víctimas de vanos escrúpulos, o pisoteando a sus competidores más timoratos".

“Todos los vicios enumerados hasta aquí no son la esencia de un sistema económico de libre empresa (que es capaz de generar bienestar cuando no anula a la ética), sino el cáncer de ese sistema. Una cosa es la sana libertad económica que permite invertir el capital de aptitudes o de ahorros para producir y prosperar; otra cosa es el disfrazado libertinaje para especular, y algo peor es concentrar riqueza ilícita para imponer un dominio total revolucionario.

“Ante el dogma "liberal" de que la economía debe ser totalmente ajena a la moral, la Iglesia ha dicho que ni la economía clásica ni la lucha de clases son principios absolutos. Que la moral tiene áreas diferentes, pero que la economía no debe ser totalmente ajena a ella. Que la prepotencia económica suele desplazar al mercado libre (que el liberalismo dice defender). Que los hechos económicos no son fenómenos físicos sometidos al determinismo de las leyes naturales. Que hay contradicciones flagrantes entre las teorías económicas y las terribles miserias sociales que dejan subsistir en la realidad. Que el hecho económico no ha de considerarse únicamente en lo material y olvidar el elemento humano. Y que no puede ser bueno lo que resulte provechoso al individuo y nocivo para la comunidad.(1)

1 Más información sobre este tema en "Arma Económica", de S. Borrego E.


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